Son dos cuadrados sobrepuestos y entrelazados que forman una estrella de 8 puntas. En su parte central figura la letra “T” como símbolo principal, flanqueada por las letras “A” y “U” que configuran el nombre de la Logia.
Sobre la letra “T” están dispuestos la escuadra y el compás entrelazados con la letra “G” en el centro, inicial de “gematria”. A ambos lados, podemos encontrar dos rosetas de ocho pétalos. Alrededor, y en los ocho espacios triangulares formados por la sobreposición de los dos cuadrados, figuran las siglas de A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, presentadas en sentido izquierda-derecha, empezando por el triángulo superior central.
A nivel simbólico, podemos observar que la estrella de ocho puntas formada a partir del cuadrado –una de las cuatro formas básicas- contiene en su interior un octógono, que nos recuerda las capillas templarias de planta octogonal, como la del castillo de Tomar en Portugal o la de Eunate en Navarra.
El cuadrado nos recuerda también el recinto de la Nueva Jerusalén Celeste, patria de todos los Masones, descrita por San Juan Evangelista como cuadrada y con doce puertas, tres en cada uno de sus muros.
Finalmente, la letra “T”, que es la Tau griega, es la decimonovena letra del alfabeto griego. Es un símbolo que podemos encontrar en multitud de construcciones góticas y en la mayoría de capillas templarias. La Tau trazada en nuestro sello es la llamada “potenciada”, es decir, ensanchada en sus tres terminaciones. También se denomina como cruz en Tau o cruz de Santa Tecla o San Antonio.
Los primeros vestigios de la Tau provienen del antiguo Egipto de donde evolucionó a la Tau “ansada”, aunque podemos encontrar este símbolo en otras culturas megalíticas como es el caso de los monumentos dichos “taules” menorquinas.
Esta Tau és, en definitiva, la cruz primitiva, la cruz fenícia, la cruz del Antiguo Testamento (Isaac estaba asido a una Tau de sacrificio cuando el ángel detuvo el brazo de Abraham).